...la Biblia de Jerusalén
Jeremías 2, 34-37
34 En tus mismas haldas se encontraban manchas de sangre de las
almas de pobres inocentes: no los sorprendiste en escalo. Y con todo eso,
35 dices: «Soy inocente; basta ya de ira contra mí.» Pues bien, aquí
me tienes para discutir contigo eso que has dicho: «No he pecado.»
36 ¡Cuánta ligereza la tuya para cambiar de dirección! También de
Egipto te avergonzarás como te avergonzaste de Asur.
37 También de ésta saldrás con las manos en la cabeza. Porque
Yahveh ha rechazado aquello en que confías, y no saldrás bien de ello.