8 Pero igual que a los higos malos, que no se pueden comer de malos -
sí, así dice Yahveh -, así haré al rey Sedecías, a sus principales y al resto de
Jerusalén: a los que quedaren en este país, y a los que están en el país de
Egipto.
9 Haré de ellos el espantajo, una calamidad, de todos los reinos de la
tierra; el oprobio y el ejemplo, la burla y la maldición por dondequiera que
los empuje,
10 daré suelta entre ellos a la espada, al hambre y a la peste, hasta que
sean acabados de sobre el solar que di a ellos y a sus padres.