11 Pero la nación que someta su cerviz al yugo de Babilonia y le sirva,
yo la dejaré tranquila en su suelo - oráculo de Yahveh - y lo
labrará y
morará en él.»
12 A Sedecías, rey de Judá, le hablé en estos mismos términos,
diciendo: «Someted vuestras cervices al yugo del rey de Babilonia, servidle
a él y a su pueblo, y quedaréis con vida.