11 que bien me sé los pensamientos que pienso sobre vosotros -
oráculo de Yahveh - pensamientos de paz, y no de desgracia, de daros un
porvenir de esperanza.
12 Me invocaréis y vendréis a rogarme, y yo os escucharé.
13 Me buscaréis y me encontraréis cuando me solicitéis de todo
corazón;
14 me dejaré encontrar de vosotros (- oráculo de Yahveh -; devolveré
vuestros cautivos, os recogeré de todas las naciones y lugares a
donde os
arrojé - oráculo de Yahveh - y os haré tornar al sitio de donde os hice que
fueseis desterrados).
15 «En cuanto a eso que decís: “Nos ha suscitado Yahveh profetas en
Babilonia”,
16 así dice Yahveh del rey que se sienta sobre el solio de David y de
todo el pueblo que se asienta en esta ciudad, los hermanos vuestros que no
salieron con vosotros al destierro;
17 así dice Yahveh Sebaot: He aquí que yo suelto contra ellos la
espada, el hambre y la peste, y los pondré como aquellos higos reventados,,
tan malos que no se podían comer.
18 Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y los convertiré
en espantajo para todos los reinos de la tierra: maldición, pasmo, rechifla y
oprobio entre todas las naciones a donde los arroje,
19 por cuanto que no oyeron las palabras - oráculo de Yahveh - que
les envié por mis siervos los profetas asiduamente; pero no oísteis - oráculo
de Yahveh -.
20 Vosotros, pues, oíd la palabra de Yahveh, todos los deportados que
envié de Jerusalén a Babilonia.