24 Semaías el najlamita despachó en su propio nombre cartas (a todo
el pueblo que hay en Jerusalén) a Sofonías, hijo del sacerdote Maasías (y a
todos los sacerdotes), diciendo:
26 «Yahveh te ha puesto por sacerdote en vez del sacerdote Yehoyadá
como inspector en la Casa de Yahveh de todos los locos y seudoprofetas:
tú debes meterlos en los cepos y en el calabozo.
27 Pues entonces, ¿por qué no has sancionado a Jeremías de Anatot
que se os hace pasar por profeta?
28 Porque, en efecto, nos ha enviado a Babilonia un mensaje diciendo:
“Es para largo. Edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed
su
fruto”»
29 El sacerdote Sofonías leyó esta carta a oídos del profeta Jeremías.
30 Entonces fue dirigida la palabra de Yahveh a Jeremías en estos
términos:
31 «Envía este mensaje a todos los deportados: Así dice Yahveh
respecto a Semaías el najlamita, por haberos profetizado sin haberle
yo
enviado, inspirándoos una falsa seguridad.
32 Sí, por cierto, así dice Yahveh: He aquí que yo voy a visitar a
Semaías el najlamita y a su descendencia. No habrá en ella ninguno que se
siente en medio de este pueblo ni que vea el bien que yo haga a mi pueblo -
oráculo de Yahveh - porque predicó la desobediencia a Yahveh.»