21 Voces sobre los calveros se oían: rogativas llorosas de los hijos de
Israel, porque torcieron su camino, olvidaron a su Dios Yahveh.
22 - Volved, hijos apóstatas; yo remediaré vuestras apostasías. - Aquí
nos tienes de vuelta a ti, porque tú, Yahveh, eres nuestro Dios.
23 ¡Luego eran mentira los altos, la barahúnda de los montes! ¡Luego
por Yahveh, nuestro Dios, se salva Israel!
24 La Vergüenza se comió la laceria de nuestros padres desde nuestra
mocedad: sus ovejas y vacas, sus hijos e hijas.
25 Acostémonos en nuestra vergüenza, y que nos cubra nuestra propia
confusión, ya que contra Yahveh nuestro Dios hemos pecado nosotros
como nuestros padres desde nuestra mocedad hasta hoy, y no escuchamos
la voz de Yahveh nuestro Dios.