3 Pues he aquí que vienen días - oráculo de Yahveh - en que haré
tornar a los cautivos de mi pueblo Israel (y de Judá) - dice Yahveh - y les
haré volver a la tierra que di a sus padres en posesión.
4 Estas son las palabras que dirigió Yahveh a Israel (y a Judá).
5 Así dice Yahveh: Voces estremecedoras oímos: ¡Pánico, y no paz!
6 Id a preguntar, y ved si pare el macho. Entonces ¿por qué he visto a
todo varón con las manos en las caderas, como la que da a luz, y todas las
caras se han vuelto amarillas?
7 ¡Ay! porque grande es aquel día, sin semejante, y tiempo de angustia
es para Jacob; pero de ella quedará salvo.
8 (Acontecerá aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - que romperé el
yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y no te servirán más los
extranjeros,
9 sino que Israel y Judá servirán a Yahveh su Dios y a David su rey,
que yo les suscitaré.)
10 Pero tú no temas, siervo mío Jacob - oráculo de Yahveh - ni
desmayes, Israel, pues mira que yo acudo a salvarte desde lejos y tu linaje
del país de su cautiverio; volverá Jacob, se sosegará y estará tranquilo, y no
habrá quien le inquiete,
11 pues contigo estoy yo - oráculo de Yahveh - para salvarte: pues
acabaré con todas las naciones entre las cuales te dispersé. pero contigo no
acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune no te dejaré.
12 Porque así dice Yahveh: Irremediable es tu quebranto, incurable tu
herida.
13 Estás desahuciado; para una herida hay cura, para ti no hay
remedio.
14 Todos tus amantes te olvidaron, por tu salud no preguntaron.
Porque con herida de enemigo te herí, castigo de hombre cruel, (por tu gran
culpa, porque son enormes tus pecados).
15 ¿Por qué te quejas de tu quebranto? Irremediable es tu sufrimiento;
por tu gran culpa, por ser enormes tus pecados te he hecho esto.
16 No obstante todos los que te devoran serán devorados, y todos tus
opresores, todos ellos, irán al cautiverio; serán tus despojadores despojados,
y a todos tus saqueadores los entregaré al saqueo.
17 Sí; haré que tengas alivio, de tus llagas te curaré - oráculo de
Yahveh -. Porque «La Repudiada» te llamaron. «Sión de la que nadie
se
preocupa».
18 Así dice Yahveh: He aquí que yo hago volver a los cautivos de las
tiendas de Jacob y de sus mansiones me apiadaré; será reedificada la ciudad
sobre su montículo de ruinas y el alcázar tal como era será restablecido.