30 sino que cada uno por su culpa morirá: quienquiera que coma el
agraz tendrá la dentera.
31 He aquí que días vienen - oráculo de Yahveh - en que yo pactaré
con la casa de Israel (y con la casa de Judá) una nueva alianza;
32 no como la alianza que pacté con sus padres, cuando les tomé de la
mano para sacarles de Egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice
estrago en ellos - oráculo de Yahveh -.
33 Sino que esta será la alianza que yo pacte con la casa de
Israel,
después de aquellos días - oráculo de Yahveh -: pondré mi Ley en su
interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi
pueblo.
34 Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su
hermano, diciendo: «Conoced a Yahveh», pues todos ellos me conocerán
del más chico al más grande - - oráculo de Yahveh - cuando perdone
su
culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme.
35 Así dice Yahveh, el que da el sol para alumbrar el día, y gobierna
la luna y las estrellas para alumbrar la noche, el que agita el
mar y hace
bramar sus olas, cuyo nombre es Yahveh Sebaot.
36 Si fallaren estas normas en mi presencia - oráculo de Yahveh -
también la prole de Israel dejaría de ser una nación en mi
presencia a
perpetuidad.
37 Así dice Yahveh: Si fueren medidos los cielos por arriba, y
sondeadas las bases de la tierra por abajo, entonces también yo renegaría de
todo el linaje de Israel por todo cuanto hicieron - oráculo de Yahveh -.
38 He aquí que vienen días - oráculo de Yahveh - en que será
reconstruida la ciudad de Yahveh desde la torre de Jananel hasta la Puerta
del Angulo;
39 y volverá a salir la cuerda de medir toda derecha hasta la cuesta de
Gareb, y torcerá hasta Goá,
40 y toda la hondonada de los Cuerpos Muertos y de la Ceniza, y toda
la Campa del Muerto hasta el torrente Cedrón, hasta la esquina de la Puerta
de los Caballos hacia oriente será sagrado de Yahveh: no volverá a
ser
destruido ni dado al anatema nunca jamás.