34 Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su
hermano, diciendo: «Conoced a Yahveh», pues todos ellos me conocerán
del más chico al más grande - - oráculo de Yahveh - cuando perdone
su
culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme.
35 Así dice Yahveh, el que da el sol para alumbrar el día, y gobierna
la luna y las estrellas para alumbrar la noche, el que agita el
mar y hace
bramar sus olas, cuyo nombre es Yahveh Sebaot.
36 Si fallaren estas normas en mi presencia - oráculo de Yahveh -
también la prole de Israel dejaría de ser una nación en mi
presencia a
perpetuidad.