20 tú que has obrado señales y portentos en Egipto, hasta hoy, y en
Israel y en la humanidad entera, y te has hecho un nombre, como hoy se
ve;
21 y sacaste a tu pueblo Israel de Egipto con señales y prodigios y con
mano fuerte y tenso brazo y con gran aparato,
22 y les diste esta tierra que habías jurado darla a sus padres:
tierra
que mana leche y miel.
23 Entraron en ella y la poseyeron, pero no hicieron caso de tu voz, ni
conforme a tus leyes anduvieron: nada de lo que les mandaste hacer
hicieron, y les conminaste con esta calamidad.
24 He aquí que los terraplenes llegan a la ciudad para tomarla y la
ciudad está ya a merced de los caldeos que la atacan, por causa de la espada
y del hambre y de la peste; lo que habías dicho, ha sido, y tú mismo lo estás
viendo.
25 ¡Precisamente tú me has dicho, oh Señor Yahveh: “Cómprate el
campo y aduce testigos” cuando la ciudad está entregada a manos de
los
caldeos!»
26 Entonces me fue dirigida la palabra de Yahveh como sigue:
27 Mira que yo soy Yahveh, el Dios de toda carne. ¿Habrá cosa
extraordinaria para mi?