31 Porque motivo de mi furor y de mi ira ha sido para mí esta ciudad,
desde el día en que la edificaron hasta hoy, que es como para quitármela de
delante,
32 por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que,
para provocarme, obraron ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y
profetas, el hombre de Judá y el habitante de Jerusalén,