20 Ahora, pues, oiga el rey mi señor, caiga bien en tu presencia mi
petición de gracia y no me vuelvas a casa del escriba Jonatán, no muera yo
allí.»
21 Entonces el rey Sedecías mandó que custodiasen a Jeremías en el
patio de la guardia y se le diese un rosco de pan por día de la calle de los
panaderos, hasta que se acabase todo el pan de la ciudad. Y Jeremías
permaneció en el patio de la guardia.