3 Porque así dice Yahveh al hombre de Judá y a Jerusalén: - Cultivad
el barbecho y no sembréis sobre cardos.
4 Circuncidaos para Yahveh y extirpad los prepucios de vuestros
corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén; no sea que
brote
como fuego mi saña, y arda y no haya quien la apague, en vista de vuestras
perversas acciones.