4 Uncid los caballos y montad, caballeros. Poneos firmes con los
cascos, pulid las lanzas, vestíos las cotas.
5 ¡Pero qué veo! Ellos se desmoralizan, retroceden, y sus valientes son
batidos y huyen a la desbandada sin dar la cara. Terror por doquier - oráculo
de Yahveh -.