13 Porque por mí lo he jurado - oráculo de Yahveh - que en
desolación se convertirá Bosrá, y todas sus ciudades se convertirán
en
ruinas eternas.
14 Una nueva he oído de parte de Yahveh, un mensajero entre las
naciones enviado: «Juntaos y venid contra él y poneos en pie de guerra.»
15 Porque es cierto que pequeño te hice yo entre las naciones,
despreciable entre los hombres.
16 El espanto que infundías te engañó, la soberbia de tu corazón, tú, el
que habitas en las hendiduras de la roca, que ocupas lo alto de la
cuesta.
Aunque pongas en alto, como el águila, tu nido, de allí te haré
bajar -
oráculo de Yahveh -.
17 Edom parará en desolación: todo el que pase a su vera se
asombrará y silbará al ver todas sus heridas.
18 Cual la catástrofe de Sodoma y Gomorra y sus vecinas - dice
Yahveh - donde no vive nadie, ni reside en ellas ser humano.
19 Vedlo como león que sube del boscaje del Jordán hacia el pastizal
perenne, cuando en un instante le haré salir huyendo de allí, para colocar
allí a quien me plazca. Porque ¿quién como yo, y quién me emplazará, y
quién es el pastor que aguante en mi presencia?
20 Así pues, oíd la decisión que Yahveh ha tomado sobre Edom y sus
planes sobre los moradores de Temán. Juro que les han de llevar a rastras
las crías de los rebaños, que asolarán sobre ellos sus pastizales.
21 Al son de su caída retumbó la tierra y el griterío hasta el mar de las
Cañas se dejó oír.
22 Ved cómo cual un águila sube, se remonta y extiende sus alas sobre
Bosrá; y vendrá a ser el corazón de los valientes de Edom en aquel
día
como corazón de mujer en parto.
23 A Damasco. Avergonzadas están Jamat y Arpad. Porque una
noticia mala oyeron, su corazón tembló de espanto; como el mar que no se
puede calmar.
24 Flaqueó Damasco, dio vuelta para huir y escalofríos la
sobrecogieron: apuro y dolores la acometieron como a parturienta.
25 ¡Cómo! ¿No fue abandonada la ciudad celebrada, la villa de mi
contento?