30 En verdad, caerán sus mancebos escogidos en sus plazas, y todos
sus guerreros perecerán aquel día - oráculo de Yahveh -.
31 Heme aquí contra ti, «Insolencia», - oráculo del Señor Yahveh
Sebaot - porque ha llegado tu día, la hora en que yo te castigue.
32 Tropezará «Insolencia» y caerá, sin tener quien la levante. Prenderé
fuego a sus ciudades, y devorará todos sus contornos.
33 Así dice Yahveh Sebaot: Oprimidos estaban los hijos de Israel y
los hijos de Judá a una. Todos sus cautivadores los retenían, se negaban a
soltarlos.
34 Su Redentor esforzado, Yahveh Sebaot se llama. El tomará la
defensa de su causa hasta hacer temblar la tierra y estremecerse a
los
habitantes de Babilonia.
35 ¡Espada a los caldeos - oráculo de Yahveh - y a los habitantes de
Babilonia, a sus jefes y a sus sabios!
36 Espada a sus adivinos, y quedarán por necios. Espada a sus
valientes, y desmayarán.
37 Espada a sus caballos y a sus carros, a toda la mezcolanza de
gentes que hay dentro de ella, y serán como mujeres. Espada a sus tesoros
y serán saqueados.