41 Mirad que un pueblo viene del norte, una gran nación, y muchos
reyes se despiertan de los confines de la tierra.
42 Arco y lanza blanden, crueles son y sin entrañas. Su voz como la
mar muge, y a caballo van montados, ordenados como un solo hombre para
la guerra contra ti, hija de Babel.
43 Oyó el rey de Babilonia nuevas de ellos y flaquean sus manos.
Angustia le asaltó, dolor como de parturienta.
44 Vedlo como león que sube del boscaje del Jordán hacia el pastizal
perenne, cuando en un instante le haré salir huyendo de allí, para colocar
allí a quien me plazca. Porque ¿quién como yo, y quién me
emplazará, y
quién es el pastor que aguante en mi presencia?
45 Así pues, oíd la decisión que Yahveh ha tomado sobre Babilonia y
sus planes sobre el país de los caldeos. Juro que les han de llevar a rastras
las crías de los rebaños, que asolarán sobre ellos sus pastizales.
46 Al son de la conquista de Babilonia retumbó la tierra, y el griterío
de las naciones se dejó oír.