14 Lo ha jurado Yahveh Sebaot por sí mismo: Yo he de colmarte de
hombres como de langostas, y entonarán contra ti el cantar de los lagareros.
15 El es quien hizo la tierra con su poder, el que estableció el orbe con
su saber, y con su inteligencia expandió los cielos.
16 Cuando da voces, hay estruendo de aguas en los cielos, y hace
subir las nubes desde el extremo de la tierra. El hace los relámpagos para la
lluvia y saca el viento de sus depósitos.
17 Todo hombre es torpe para comprender, se avergüenza del ídolo
todo platero, porque sus estatuas son una mentira y no hay espíritu en ellas.
18 Vanidad son, cosa ridícula; al tiempo de su visita perecerán.
19 No es así la «Parte de Jacob», pues él es el plasmador del universo,
y aquel cuy heredero es Israel; Yahveh Sebaot es su nombre.
20 Un martillo eras tú para mí, un arma de guerra: contigo machaqué
naciones, contigo destruí reinos,
21 contigo machaqué caballo y caballero, contigo machaqué el carro y
a quien lo monta.
22 contigo machaqué a hombre y mujer, contigo machaqué al viejo y
al muchacho, contigo machaqué al joven y a la doncella,
23 contigo machaqué al pastor y su hato, contigo machaqué al
labrador y su yunta, contigo machaqué a gobernadores y magistrados.
24 Y haré que Babilonia y todos los habitantes de Caldea paguen por
todo el daño que hicieron en Sión, delante de vuestros ojos -
oráculo de
Yahveh -.
25 Heme aquí en contra tuya, montaña destructora - oráculo de
Yahveh -, destructora toda la tierra. Voy a echarte mano y a hacerte rodar
desde las peñas, y a convertirte en montaña quemada.
26 No tomarán de ti piedra angular ni piedra de cimientos, porque
desolación por siempre serás - oráculo de Yahveh -.