3 El arquero que no aseste su arco, ni se jacte de su cota. No tengáis
piedad para sus jóvenes escogidos: dad al anatema todo su ejército.
4 Caerán heridos en tierra de Caldea, y traspasados en sus calles.
5 Pero no ha enviudado Israel ni Judá de su Dios, de Yahveh Sebaot.
Sus tierras estaban llenas de delitos contra el Santo de Israel.
6 Huid del interior de Babilonia, (y salvad cada cual vuestra vida), no
perezcáis por su culpa, pues es hora de venganza para Yahveh: le
está
pagando su merecido.