46 Y que no se marchite vuestro corazón y tengáis miedo por el rumor
que se oirá en la tierra. Cierto correrá un año tal rumor, y luego
al año
siguiente, otro distinto: violencia en la tierra, y domeñador
sobre
domeñador.
47 Pues bien, mirad que vienen días en que visitaré a los ídolos de
Babilonia, y todo su territorio se abochornará, y todos sus heridos caerán en
medio de ella.
48 Y harán corro contra Babilonia cielos y tierra y todo cuanto hay en
ellos, cuando del norte lleguen los devastadores - oráculo de Yahveh -.
49 También Babilonia caerá, oh heridos de Israel. También por
Babilonia cayeron los heridos de toda la tierra.
50 Escapados de la espada, andad, no os paréis, recordad desde lejos a
Yahveh, y que Jerusalén os venga en mientes.
51 - «Quedamos abochornados al oír tal afrenta; cubrió la vergüenza
nuestros rostros. ¡Habían penetrado extranjeros hasta los santuarios de
la
Casa de Yahveh!»
52 - Pues bien, mirad que vienen días - oráculo de Yahveh - en que
visitaré a sus ídolos, y en todo su territorio se quejarán los heridos.
53 Aunque suba Babilonia a los cielos y encastille en lo alto su poder,
de mi parte llegarán saqueadores hasta ella - oráculo de Yahveh -.
54 Suenan gritos de socorro desde Babilonia, y un fragor desde
Caldea.
55 Es que devasta Yahveh a Babilonia, apaga de ella el gran ruido, y
mugen sus olas como las de alta mar, cuyo son es estruendoso.
56 Es que viene sobre ella, sobre Babilonia el devastador, van a ser
apresados sus valientes, se han aflojado sus arcos. Porque Dios retribuidor
es Yahveh: cierto pagará.