10 Los hijos de Sedecías fueron degollados a su vista, y lo mismo a
todos los jefes de Judá degolló en Riblá.
11 A Sedecías le sacó los ojos, lo encadenó con cadenas de bronce, y
el rey de Babilonia lo llevó a Babilonia, donde lo tuvo en prisión hasta el
día de su muerte.
12 En el mes quinto, el diez del mes, en el año diecinueve de
Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzaradán, jefe de la guardia, uno de
los que servían ante el rey de Babilonia, vino a Jerusalén.
13 Incendió la Casa de Yahveh y la casa del rey y todas las casas de
Jerusalén.
14 Todas las tropas caldeas que había con el jefe de la guardia
demolieron las murallas que rodeaban a Jerusalén.
15 Cuanto (a una parte de los pobres del país) al resto del pueblo que
quedaba en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de
Babilonia y el resto de los artesanos, Nebuzaradán, jefe de la guardia, los
deportó,
16 Nebuzaradán el jefe de la guardia, dejó algunos de entre la gente
pobre como viñadores y labradores.
17 Los caldeos rompieron las columnas de bronce que había en la
Casa de Yahveh, las basas, el Mar de bronce de la Casa de Yahveh, y se
llevaron todo el bronce a Babilonia.
18 Tomaron también los ceniceros, las paletas, los cuchillos, los
acetres, las cucharas y todos los utensilios de bronce de que se servían.
19 El jefe de la guardia tomó las vasijas, los incensarios y los
aspersorios, los ceniceros, los candeleros, las cucharas y las tazas,
cuanto
había de oro y plata.
20 Cuanto a las dos columnas, el Mar, los doce bueyes de bronce que
estaban bajo el Mar y las basas que Salomón había hecho para la Casa de
Yahveh, no se pudo calcular el peso de bronce de todos aquellos objetos.