3 A ella vienen pastores con sus rebaños, han montado las tiendas,
junto a ella en derredor, y apacientan cada cual su manada.
4 - «¡Declaradle la guerra santa! ¡En pie y subamos contra ella a
mediodía!... ¡Ay de nosotros, que el día va cayendo, y se alargan
las
sombras de la tarde!...
5 ¡Pues arriba y subamos de noche y destruiremos sus alcázares!»
6 Porque así dice Yahveh Sebaot: «Talad sus árboles y alzad contra
Jerusalén un terraplén.» Es la ciudad de visita. Todo el mundo se atropella
en su interior.
7 Cual mana un pozo sus aguas, tal mana ella su malicia.
«¡Atropello!», «¡despojo!» - se oye decir en ella; ante mí de
continuo
heridas y golpes.
8 Aprende, Jerusalén, no sea que se despegue mi alma de ti, no sea
que te convierta en desolación, en tierra despoblada.
9 Así dice Yahveh Sebaot: Busca, rebusca como en una cepa en el
resto de Israel; vuelve a pasar tu mano como el vendimiador por los
pámpanos.