8 Aprende, Jerusalén, no sea que se despegue mi alma de ti, no sea
que te convierta en desolación, en tierra despoblada.
9 Así dice Yahveh Sebaot: Busca, rebusca como en una cepa en el
resto de Israel; vuelve a pasar tu mano como el vendimiador por los
pámpanos.
10 - ¿A quiénes que me oigan voy a hablar y avisar? He aquí que su
oído es incircunciso y no pueden entender. He aquí que la palabra de
Yahveh se les ha vuelto oprobio: no les agrada.