11 Han curado el quebranto de la hija de mi pueblo a la ligera,
diciendo: «¡Paz, paz!», cuando no había paz.
12 ¿Se avergonzaron de las abominaciones que hicieron?
¡Avergonzarse, no se avergonzaron; sonrojarse, tampoco supieron! Por
tanto caerán con los que cayeren; tropezarán cuando se les visite -
dice
Yahveh -.
13 Quisiera recoger de ellos alguna cosa - oráculo de Yahveh - pero
no hay racimos en la vid ni higos en la higuera, y están mustias sus hojas.
Es que yo les he dado quien les despoje.
14 - «¿Por qué nos quedamos tranquilos? ¡Juntaos, vamos a las plazas
fuertes para enmudecer allí, pues Yahveh nuestro Dios nos hace morir y nos
propina agua envenenada, porque hemos pecado contra Yahveh!