...la Biblia de Jerusalén
Jeremías 8, 21-23
21 Me duele el quebranto de la hija de mi pueblo; estoy abrumado, el
pánico se apodera de mí.
22 ¿No hay sandáraca en Galaad?, ¿no quedan médicos allí? Pues
¿cómo es que no llega el remedio para la hija de mi pueblo?
23 ¡Quién convirtiera mi cabeza en llanto, mis ojos en manantial de
lágrimas para llorar día y noche a los muertos de la hija de mi pueblo!