8 Y por estas acciones, ¿no les he de castigar? - oráculo de Yahveh -,
¿de una nación así no se vengará mi alma?
9 Alzo sobre los montes lloro y lamento, y una elegía por las dehesas
del desierto, porque han sido incendiadas; nadie pasa por allí, y no se oyen
los gritos del ganado. Desde las aves del cielo hasta las bestias, todas han
huido, se han marchado.
10 Voy a hacer de Jerusalén un montón de piedras, guarida de
chacales, y de las ciudades de Judá haré una soledad sin ningún habitante.
11 ¿Quién es el sabio?, pues que entienda esto; a quién ha hablado la
boca de Yahveh?, pues que lo diga; ¿por qué el país se ha perdido,
incendiado como el desierto donde no pasa nadie?