...la Biblia de Jerusalén
Job 12, 4-11
4 La irrisión de su amigo, eso soy yo, cuando grito hacia Dios para
obtener repuesta. ¡Irrisión es el justo perfecto!
5 «¡Al infortunio, el desprecio! - opinan los dichosos -; ¡un golpe más
a quien vacila!»
6 Mientras viven en paz las tiendas de los salteadores, en plena
seguridad los que irritan a Dios, los que meten a Dios en su puño!
7 Pero interroga a las bestias, que te instruyan, a las aves del cielo, que
te informen.
8 Te instruirán los reptiles de la tierra, te enseñarán los peces del mar.
9 Pues entre todos ellos, ¿quién ignora que la mano de Dios ha hecho
esto?
10 El, que tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de
toda carne de hombre.
11 ¿No es el oído el que aprecia los discursos, como el paladar
saborea los manjares?