...la Biblia de Jerusalén
Job 13, 14-27
14 Tomo mi carne entre mis dientes, pongo mi alma entre mis manos.
15 El me puede matar: no tengo otra esperanza que defender mi
conducta ante su faz.
16 Y esto mismo será mi salvación, pues un impío no comparece en su
presencia.
17 Escuchad, escuchad mis palabras, prestad oído a mis declaraciones.
18 Mirad: un proceso he preparado, consciente de que tengo razón.
19 ¿Quién es el que quiere litigar conmigo? ¡Pues desde ahora acepto
callar y perecer!
20 Sólo dos cosas te pido que me ahorres, y no me esconderé de tu
presencia:
21 que retires tu mano que pesa sobre mí, y no me espante tu terror.
22 Arguye tú y yo responderé; o bien yo hablaré y tú contestarás.
23 ¿Cuántas son mis faltas y pecados? ¡Mi delito, mi pecado,
házmelos saber!
24 ¿Por qué tu rostro ocultas y me tienes por enemigo tuyo?
25 ¿Quieres asustar a una hoja que se lleva el viento, perseguir una
paja seca?
26 Pues escribes contra mí amargos fallos, me imputas las faltas de mi
juventud;
27 pones mis pies en cepos, vigilas mis pasos todos y mides la huella
de mis pies.