...la Biblia de Jerusalén
Job 17, 2-14
2 ¿No estoy a merced de las burlas, y en amarguras pasan mis ojos las
noches?
3 Coloca, pues, mi fianza junto a ti, ¿quién, si no, querrá chocar mi
mano?
4 Tú has cerrado su mente a la razón, por eso ninguna mano se levanta
5 Como el que anuncia a sus amigos un reparto, cuando languidecen
los ojos de sus hijos,
6 me he hecho yo proverbio de las gentes, alguien a quien escupen en
la cara.
7 Mis ojos se apagan de pesar, mis miembros se desvanecen como
sombra.
8 Los hombres rectos quedan de ello asombrados, contra el impío se
indigna el inocente;
9 el justo se afianza en su camino, y el de manos puras redobla su
energía.
10 Pero, vosotros todos, volved otra vez, ¡no hallaré un solo sabio
entre vosotros!
11 Mis días han pasado con mis planes, se han deshecho los deseos de
mi corazón.
12 Algunos hacen de la noche día: se acercaría la luz que ahuyenta las
tinieblas.
13 Mas ¿qué espero? Mi casa es el seol, en las tinieblas extendí mi
lecho.
14 Y grito a la fosa: «¡Tú mi padre!», a los gusanos: «¡Mi madre y mis
hermanos!»