...la Biblia de Jerusalén
Job 20, 1-25
1 Sofar de Naamat tomó la palabra y dijo:
2 Por esto mis pensamientos a replicar me incitan: por la impaciencia
que me urge.
3 Una lección que me ultraja he escuchado, mas el soplo de mi
inteligencia me incita a responder.
4 ¿No sabes tú que desde siempre, desde que el hombre en la tierra fue
puesto,
5 es breve la alegría del malvado, y de un instante el gozo del impío?
6 Aunque su talla se alzara hasta los cielos y las nubes tocara su
cabeza,
7 como un fantasma desaparece para siempre, los que le veían dicen:
«¿Dónde está?»
8 Se vuela como un sueño inaprensible, se le ahuyenta igual que a una
visión nocturna.
9 El ojo que le observaba ya no le ve más, ni le divisa el lugar donde
estaba.
10 A los pobres tendrán que indemnizar sus hijos, sus niños habrán de
devolver sus bienes.
11 Sus huesos rebosaban de vigor juvenil: mas ya con él postrado está
en el polvo.
12 Si el mal era dulce a su boca, si bajo su lengua lo albergaba,
13 si allí lo guardaba tenazmente y en medio del paladar lo retenía,
14 su alimento en sus entrañas se corrompe, en su interior se le hace
hiel de áspid.
15 Vomita las riquezas que engulló, Dios se las arranca de su vientre.
16 Veneno de áspides chupaba: lengua de víbora le mata.
17 Ya no verá los arroyos de aceite, los torrentes de miel y de cuajada.
18 Devuelve su ganancia sin tragarla, no saborea el fruto de su
negocio.
19 Porque estrujó las chozas de los pobres, robó casas en vez de
construirlas;
20 porque su vientre se mostró insaciable, sus tesoros no le salvarán;
21 porque a su voracidad nada escapaba, por eso no dura su
prosperidad.
22 En plena abundancia la estrechez le sorprende, la desgracia, en
tromba, cae sobre él.
23 En el momento de llenar su vientre, suelta Dios contra él el ardor
de su cólera y lanza sobre su carne una lluvia de saetas.
24 Si del arma de hierro logra huir, el arco de bronce le traspasa.
25 Sale una flecha por su espalda, una hoja fulgurante de su hígado.
Los terrores se abalanzan sobre él,