...la Biblia de Jerusalén
Job 20, 2-13
2 Por esto mis pensamientos a replicar me incitan: por la impaciencia
que me urge.
3 Una lección que me ultraja he escuchado, mas el soplo de mi
inteligencia me incita a responder.
4 ¿No sabes tú que desde siempre, desde que el hombre en la tierra fue
puesto,
5 es breve la alegría del malvado, y de un instante el gozo del impío?
6 Aunque su talla se alzara hasta los cielos y las nubes tocara su
cabeza,
7 como un fantasma desaparece para siempre, los que le veían dicen:
«¿Dónde está?»
8 Se vuela como un sueño inaprensible, se le ahuyenta igual que a una
visión nocturna.
9 El ojo que le observaba ya no le ve más, ni le divisa el lugar donde
estaba.
10 A los pobres tendrán que indemnizar sus hijos, sus niños habrán de
devolver sus bienes.
11 Sus huesos rebosaban de vigor juvenil: mas ya con él postrado está
en el polvo.
12 Si el mal era dulce a su boca, si bajo su lengua lo albergaba,
13 si allí lo guardaba tenazmente y en medio del paladar lo retenía,