...la Biblia de Jerusalén
Job 29, 11-19
11 Oído que lo oía me llamaba feliz, ojo que lo veía se hacía mi
testigo.
12 Pues yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que no tenía
valedor.
13 La bendición del moribundo subía hacia mí, el corazón de la viuda
yo alegraba.
14 Me había puesto la justicia, y ella me revestía, como manto y
turbante, mi derecho.
15 Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies.
16 Era el padre de los pobres, la causa del desconocido examinaba.
17 Quebraba los colmillos del inicuo, de entre sus dientes arrancaba su
presa.
18 Y me decía: «Anciano moriré, como la arena aumentaré mis días.
19 Mi raíz está franca a las aguas, el rocío se posa de noche en
mi
ramaje.