...la Biblia de Jerusalén
Job 30, 1-15
1 Mas ahora ríense de mí los que son más jóvenes que yo, a cuyos
padres no juzgaba yo dignos de mezclar con los perros de mi grey.
2 Aun la fuerza de sus manos, ¿para qué me servía?; había decaído
todo su vigor,
3 agotado por el hambre y la penuria. Roían las raíces de la
estepa,
lugar sombrío de ruina y soledad.
4 Recogían armuelle por los matorrales, eran su pan raíces de retama.
5 De entre los hombres estaban expulsados, tras ellos se gritaba como
tras un ladrón.
6 Moraban en las escarpas de los torrentes, en las grietas del suelo y
de las rocas.
7 Entre los matorrales rebuznaban, se apretaban bajo los espinos.
8 Hijos de abyección, sí, ralea sin nombre, echados a latigazos del
país.
9 ¡Y ahora soy yo la copla de ellos, el blanco de sus chismes!
10 Horrorizados de mí, se quedan a distancia, y sin reparo a la cara me
escupen.
11 Porque él ha soltado mi cuerda y me maltrata, ya tiran todo freno
ante mí.
12 Una ralea se alza a mi derecha, exploran si me encuentro tranquilo,
y abren hacia mí sus caminos siniestros.
13 Mi sendero han destruido, para perderme se ayudan, y nada les
detiene;
14 como por ancha brecha irrumpen, se han escurrido bajo los
escombros.
15 Los terrores se vuelven contra mí, como el viento mi dignidad es
arrastrada; como una nube ha pasado mi ventura.