...la Biblia de Jerusalén
Job 31, 20-26
20 sin que en lo íntimo de su ser me bendijera, y del vellón de
mis
corderos se haya calentado?
21 Si he alzado mi mano contra un huérfano, por sentirme respaldado
en la Puerta,
22 ¡mi espalda se separe de mi nuca, y mi brazo del hombro se
desgaje!
23 Pues el terror de Dios caería sobre mí, y ante su majestad no podría
tenerme.
24 ¿He hecho del oro mi confianza, o he dicho al oro fino: «Tú, mi
seguridad»?
25 ¿Me he complacido en la abundancia de mis bienes, en que mi
mano había ganado mucho?
26 ¿Acaso, al ver el sol cómo brillaba, y la luna que marchaba
radiante,