...la Biblia de Jerusalén
Job 31, 21-27
21 Si he alzado mi mano contra un huérfano, por sentirme respaldado
en la Puerta,
22 ¡mi espalda se separe de mi nuca, y mi brazo del hombro se
desgaje!
23 Pues el terror de Dios caería sobre mí, y ante su majestad no podría
tenerme.
24 ¿He hecho del oro mi confianza, o he dicho al oro fino: «Tú, mi
seguridad»?
25 ¿Me he complacido en la abundancia de mis bienes, en que mi
mano había ganado mucho?
26 ¿Acaso, al ver el sol cómo brillaba, y la luna que marchaba
radiante,
27 mi corazón, en secreto, se dejó seducir para enviarles un beso con
la mano?