...la Biblia de Jerusalén
Job 31, 21-30
21 Si he alzado mi mano contra un huérfano, por sentirme respaldado
en la Puerta,
22 ¡mi espalda se separe de mi nuca, y mi brazo del hombro se
desgaje!
23 Pues el terror de Dios caería sobre mí, y ante su majestad no podría
tenerme.
24 ¿He hecho del oro mi confianza, o he dicho al oro fino: «Tú, mi
seguridad»?
25 ¿Me he complacido en la abundancia de mis bienes, en que mi
mano había ganado mucho?
26 ¿Acaso, al ver el sol cómo brillaba, y la luna que marchaba
radiante,
27 mi corazón, en secreto, se dejó seducir para enviarles un beso con
la mano?
28 También hubiera sido una falta criminal, por haber renegado del
Dios de lo alto.
29 ¿Del infortunio de mi enemigo me alegré, me gocé de que el mal le
alcanzara?
30 ¡Yo que no permitía a mi lengua pecar reclamando su vida con una
maldición!