16 Si tienes inteligencia, escucha esto, presta oído al son de mis
palabras.
17 ¿Podría gobernar un enemigo del derecho? ¿al Justo poderoso vas a
condenar?
18 ¡Aquel que dice a un rey: «¡Inútil!», «¡Malvados!» a los nobles,
19 que no hace acepción de príncipes, ni prefiere al grande sobre el
débil, ¡pues todos son obra de sus manos!
20 Mueren ellos de repente a media noche, perecen los grandes y
pasan, y él depone a un tirano sin esfuerzo.
21 Pues sus ojos vigilan los caminos del hombre, todos sus pasos
observa.
22 No hay tinieblas ni sombra donde ocultarse los agentes del mal.
23 No asigna él un plazo al hombre para que a juicio se presente ante
Dios.
24 Quebranta a los grandes sin examen, y pone a otros en su sitio.
25 Es que él conoce sus acciones, de noche los sacude y se les pisa.
26 Como a criminales los azota, en lugar público los encadena,
27 porque se apartaron de su seguimiento, y no comprendieron todos
sus caminos,
28 hasta hacer llegar a él el gemido del débil y hacerle oír el clamor de
los humildes.