...la Biblia de Jerusalén
Job 37, 4-18
4 Detrás de él una voz ruge: truena él con su soberbia voz, y sus rayos
no retiene, mientras su voz retumba.
5 Dios nos da a ver maravillas, grandes cosas hace que no
comprendemos.
6 Cuando dice a la nieve: «¡Cae sobre la tierra!», y a los aguaceros:
«¡Lloved fuerte!»,
7 la mano de todo hombre retiene bajo sello, para que todos conozcan
su obra.
8 Las fieras a sus guaridas huyen y en sus cubiles se cobijan.
9 Del sur llega el huracán, el frío, de los vientos del norte.
10 Al soplo de Dios se forma el hielo, se congela la extensión de las
aguas.
11 El carga a la nube de un rayo, el nublado esparce su fulgor,
12 y éste, gira girando, circula conforme a sus designios. Así ejecutan
sus órdenes en todo sobre la haz de su orbe terráqueo.
13 Ya como castigo para los pueblos de la tierra, ya como gracia, él
los envía.
14 Presta, Job, oído a esto, tente y observa los prodigios de Dios.
15 ¿Sabes acaso cómo Dios los rige, y cómo su nube hace brillar el
rayo?
16 ¿Sabes tú cómo las nubes cuelgan en equilibrio, 7 maravilla de una
ciencia consumada?
17 Tú, cuyos vestidos queman cuando está quieta la tierra bajo el
viento del sur,
18 ¿puedes extender con él la bóveda del cielo, sólida como espejo de
metal fundido?