...la Biblia de Jerusalén
Job 5, 1-12
1 ¡Llama, pues! ¿Habrá quien te responda? ¿a cuál de los santos vas a
dirigirte?
2 En verdad el enojo mata al insensato, la pasión hace morir al necio.
3 Yo mismo he visto al insensato echar raíces, y sin tardar he
maldecido su morada:
4 ¡Estén sus hijos lejos de toda salvación, sin defensor hollados en la
Puerta!
5 Su cosecha la devora un hambriento, pues Dios se la quita de los
dientes, y los sedientos absorben su fortuna.
6 No, no brota la iniquidad el polvo, ni germina del suelo la aflicción.
7 Es el hombre quien la aflicción engendra, como levantan el vuelo
los hijos del relámpago.
8 Yo por mí a Dios recurriría, expondría a Dios mi causa.
9 El es autor de obras grandiosas e insondables, de maravillas sin
número.
10 El derrama la lluvia sobre la haz de la tierra, y envía las aguas a los
campos.
11 Para poner en alto a los postrados, y que los míseros a la salud se
eleven,
12 las tramas de los astutos desbarata, y sus manos no logran sus
intrigas.