...la Biblia de Jerusalén
Job 6, 10-24
10 Tendría siquiera este consuelo, exultaría de gozo en mis tormentos
crueles, por no haber eludido los decretos del Santo.
11 ¿Cuál es mi fuerza para que aún espere, qué fin me espera para que
aguante mi alma?
12 ¿Es mi fuerza la fuerza de la roca? ¿es mi carne de bronce?
13 ¿No está mi apoyo en una nada? ¿no se me ha ido lejos toda
ayuda?
14 El que retira la compasión al prójimo abandona el temor de
Sadday.
15 Me han defraudado mis hermanos lo mismo que un torrente, igual
que el lecho de torrentes que pasan:
16 turbios van de aguas de hielo, sobre ellos se disuelve la nieve;
17 pero en tiempo de estiaje se evaporan, en cuanto hace calor se
extinguen en su lecho.
18 Por ellos las caravanas se apartan de su ruta, en el desierto se
adentran y se pierden.
19 Las caravanas de Temá los otean, en ellos esperan los convoyes de
Sabá.
20 Pero se ve corrida su confianza; al llegar junto a ellos se quedan
confundidos.
21 Así sois ahora vosotros para mí: veis algo horrible y
os
amedrentáis.
22 ¿He dicho acaso: «Dadme algo, haced regalos por mí de vuestros
bienes;
23 arrancadme de la mano de un rival, de la mano de tiranos
rescatadme?»
24 Instruidme, que yo me callaré; hacedme ver en qué me he
equivocado.