...la Biblia de Jerusalén
Job 8, 12-19
12 Aún en su verdor, sin ser cortado, antes que toda otra hierba se
marchita.
13 Tal es el fin de los que a Dios olvidan, así fenece la esperanza del
impío.
14 Su confianza es un hilo solamente, su seguridad una tela de araña.
15 Se apoya en su morada, y no le aguanta, se agarra a ella y no
resiste.
16 Bien regado ante la faz del sol, por encima de su huerto salían sus
renuevos.
17 Sobre un majano entrelazadas sus raíces, vivía en una casa de
piedra.
18 Mas cuando se le arranca de su sitio, éste le niega: “¡No te he visto
jamás!”
19 Y vedle ya cómo se pudre en el camino, mientras que del suelo
brotan otros.»