Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Job 9, 24-35

24 En un país sujeto al poder de un malvado, él pone un velo en
el
rostro de sus jueces: si no es él, ¿quién puede ser?

25 Mis días han sido más raudos que un correo, se han ido sin ver la
dicha.

26 Se han deslizado lo mismo que canoas de junco, como águila que
cae sobre la presa.

27 Si digo: «Voy a olvidar mis quejas, mudaré de semblante para
ponerme alegre»,


28 me asalta el temor de todos mis pesares, pues sé que tú no me
tendrás por inocente.

29 Y si me he hecho culpable, ¿para qué voy a fatigarme en vano?

30 Aunque me lave con jabón, y limpie mis manos con lejía,

31 tú me hundes en el lodo, y mis propios vestidos tienen horror de

mí.

32 Que él no es un hombre como yo, para que le responda, para

comparecer juntos en juicio.

33 No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano entre los dos,
34 y que de mí su vara aparte para que no me espante su terror.

35 Pero hablaré sin temerle, pues yo no soy así para mí mismo.