5 ¡Despertad, borrachos, y llorad, gemid todos los bebedores de vino,
por el licor que se os ha quitado de la boca!
6 Porque una nación ha subido contra mi tierra, fuerte e innumerable:
sus dientes son dientes de león, y tienen muelas de leona.
7 En desolación ha dejado mi viña, destrozada mi higuera: la ha
pelado del todo y derribado, y sus ramas han quedado blancas.
8 ¡Suspira tú como virgen ceñida de sayal por el esposo de su
juventud!
9 Oblación y libación han sido arrancadas de la Casa de Yahveh. En
duelo están los sacerdotes, los ministros de Yahveh.
10 El campo ha sido arrasado, en duelo está el suelo, porque el grano
ha sido arrasado, ha faltado el mosto, y el aceite virgen se ha agotado.
11 ¡Consternaos, labradores, gemid, viñadores, por el trigo y la
cebada, porque se ha perdido la cosecha del campo!
12 Se ha secado la viña, se ha amustiado la higuera, granado, palmera,
manzano, todos los árboles del campo están secos. ¡Sí, se ha secado
la
alegría de entre los hijos de hombre!
13 ¡Ceñíos y plañid, sacerdotes, gemid, ministros del altar; venid,
pasad la noche en sayal, ministros de mi Dios, porque a la Casa de vuestro
Dios se le ha negado oblación y libación!
14 Promulgad un ayuno, llamad a concejo, reuníos, ancianos, y
vosotros todos, habitantes de la tierra, en la Casa de Yahveh, vuestro Dios,
y clamad a Yahveh:
15 «¡Ay, el Día, que está cerca el Día de Yahveh, ya llega como
devastación de Sadday!»