15 El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retraen su fulgor.
16 Ruge Yahveh desde Sión, desde Jerusalén da su voz: ¡el cielo y la
tierra se estremecen! Mas Yahveh será un refugio para su pueblo, una
fortaleza para los hijos de Israel.
17 «Sabréis entonces que yo soy Yahveh vuestro Dios, que habito en
Sión, mi monte santo. Santa será Jerusalén, y los extranjeros no
pasarán
más por ella.»