2 «Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y proclama contra ella que
su maldad ha subido hasta mí.»
3 Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de Yahveh, y bajó a Joppe,
donde encontró un barco que salía para Tarsis: pagó su pasaje y se embarcó
para ir con ellos a Tarsis, lejos de Yahveh.
4 Pero Yahveh desencadenó un gran viento sobre el mar, y hubo en el
mar una borrasca tan violenta que el barco amenazaba romperse.
5 Los marineros tuvieron miedo y se pusieron a invocar cada uno a su
dios; luego echaron al mar la carga del barco para aligerarlo. Jonás,
mientras tanto, había bajado al fondo del barco, se había acostado y dormía
profundamente.
6 El jefe de la tripulación se acercó a él y le dijo: «¿Qué haces aquí
dormido? ¡Levántate e invoca a tu Dios! Quizás Dios se preocupe de
nosotros y no perezcamos.»
7 Luego se dijeron unos a otros: «Ea, echemos a suertes para saber por
culpa de quién nos ha venido este mal.» Echaron a suertes, y la suerte cayó
en Jonás.