3 Y ahora, Yahveh, te suplico que me quites la vida, porque mejor me
es la muerte que la vida.»
4 Mas Yahveh dijo: «¿Te parece bien irritarte?»
5 Salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la ciudad;
allí se
hizo una cabaña bajo la cual se sentó a la sombra, hasta ver qué sucedía en
la ciudad.
6 Entonces Yahveh Dios dispuso una planta de ricino que creciese por
encima de Jonás para dar sombra a su cabeza y librarle así de su mal. Jonás
se puso muy contento por aquel ricino.