5 Salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la ciudad;
allí se
hizo una cabaña bajo la cual se sentó a la sombra, hasta ver qué sucedía en
la ciudad.
6 Entonces Yahveh Dios dispuso una planta de ricino que creciese por
encima de Jonás para dar sombra a su cabeza y librarle así de su mal. Jonás
se puso muy contento por aquel ricino.
7 Pero al día siguiente, al rayar el alba, Yahveh mandó a un gusano, y
el gusano picó al ricino, que se secó.