15 Josué volvió con todo Israel al campamento de Guilgal.
16 Aquellos cinco reyes habían huido y se habían escondido en la
cueva de Maquedá.
17 Se dio aviso a Josué: «Han sido descubiertos los cinco reyes,
escondidos en la cueva de Maquedá.»
18 Josué respondió: «Rodad unas piedras grandes a la boca de la
cueva y poned junto a ella hombres que la guarden.
19 Y vosotros no os quedéis quietos: perseguid a vuestros enemigos,
cortadles la retirada, no les dejéis entrar en sus ciudades, porque
Yahveh
vuestro Dios los ha puesto en vuestras manos.»
20 Cuando Josué y los israelitas acabaron de causarles una grandísima
derrota, hasta acabar con ellos, los supervivientes se les escaparon
y se
metieron en las plazas fuertes.
21 Todo el pueblo volvió sano y salvo al campamento, junto a Josué, a
Maquedá, y no hubo nadie que ladrara contra los israelitas.
22 Dijo entonces Josué: «Abrid la boca de la cueva y sacadme de ella
a esos cinco reyes.»
23 Así lo hicieron: le sacaron de la cueva a los cinco reyes: el rey de
Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Yarmut, el rey de Lakís y el rey de
Eglón.
24 En cuanto sacaron a los reyes, Josué llamó a todos los hombres de
Israel y dijo a los capitanes de tropa que le habían acompañado: «Acercaos
y poned vuestros pies sobre la nuca de esos reyes.» Ellos se
acercaron y
pusieron los pies sobre las nucas.
25 «No tengáis miedo - les dijo Josué - ni os desaniméis; sed valientes
y decididos, porque así hará Yahveh con todos los enemigos con quienes
tenéis que combatir.»