33 Entonces Horam, el rey de Guézer, subió en ayuda de Lakís, pero
Josué le derrotó a él y a su pueblo, hasta no dejar ni un superviviente.
34 Josué, con todo Israel, pasó de Lakís a Eglón. La sitiaron y
atacaron.
35 La tomaron aquel mismo día y la pasaron a cuchillo. Consagró al
anatema aquel día a todos los seres vivientes que había en ella, lo mismo
que había hecho con Lakís.
36 Josué, con todo Israel, subió de Eglón a Hebrón y a la atacaron.
37 La tomaron y la pasaron a cuchillo, con su rey, todas sus ciudades
y todos los seres vivientes que había en ella. No dejó ni un superviviente,
igual que había hecho con Eglón. La consagró al anatema, a ella y a todos
los seres vivientes que había en ella.
38 Entonces Josué, con todo Israel, se volvió contra Debir y la atacó.
39 Se apoderó de ella, de su rey y de todas sus ciudades, las pasaron a
filo de espada y consagraron al anatema a todos los seres vivientes
que
había en ella, sin dejar uno solo con vida. Como había hecho con Hebrón,
así hizo con Debir y su rey, igual que había hecho con Libná y con su rey.
40 Batió, pues, Josué todo el país: la Montaña, el Négueb, la Tierra
Baja y las laderas, con todos sus reyes, sin dejar ni un
superviviente.
Consagró a todos los seres vivientes al anatema, como Yahveh, el Dios de
Israel, le había ordenado.
41 Josué los batió desde Cadés Barnea hasta Gaza, y toda la región de
Gosen hasta Gabaón.
42 Se apoderó Josué de todos aquellos reyes y de sus territorios de una
sola vez, porque Yahveh, el Dios de Israel, peleaba en favor de Israel.
43 Josué, con todo Israel, se volvió al campamento de Guilgal.