39 Se apoderó de ella, de su rey y de todas sus ciudades, las pasaron a
filo de espada y consagraron al anatema a todos los seres vivientes
que
había en ella, sin dejar uno solo con vida. Como había hecho con Hebrón,
así hizo con Debir y su rey, igual que había hecho con Libná y con su rey.
40 Batió, pues, Josué todo el país: la Montaña, el Négueb, la Tierra
Baja y las laderas, con todos sus reyes, sin dejar ni un
superviviente.
Consagró a todos los seres vivientes al anatema, como Yahveh, el Dios de
Israel, le había ordenado.